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EL PILOTO FANTASMA
Iker llegaba
directamente del instituto y se iba a la pista de motos, llevaba
haciendo eso desde los 13 años, todos lo conocían por el “maquinote
Iker”.
Cada día se
acercaba más y más y los entrenamientos iban perfectos hasta que llegó el
gran día, ese 27 de agosto. Tenía muchos nervios.
Empezó a
calentar y todo iba perfecto hasta que llegó a la segunda rampa, en
ese momento la moto explotó y se prendió fuego. Cuando llegaron al
lugar del accidente los médicos y los bomberos no pudieron hacer
nada, antes de que la moto tocara el suelo, Iker ya estaba muerto.
Toda España lo
estaba viendo: los padres, familiares, ligues, amigos, hasta los
fans no dejaron de llorar; la pena por la pérdida de Iker fue enorme.
Cada día que
pasaba su familia iba al mismo sitio donde sucedió esa horrenda
tragedia. Ellos pensaban que se estaban volviendo locos viendo cosas,
pero no era su imaginación, era Iker, que cada día se aparecía en
esa pista entrenando como cuando vivía.
A partir de ese
día la familia iba a verlo todos los días, así al menos veían a
Iker como fantasma.
MOLLY OLIVIA PORTER 3ºC
UN VIOLÍN EN CASA
Adelia era una niña de
ocho años, de pelo largo y negro, blanca piel y ojos castaños y
caídos. Tenía un osito al que llamó Harry, se lo regaló su padre
cuando tenía 3 años y nunca se separaba de él. Adelia era la menor
de sus cuatro hermanos y el ojito derecho de su padre.
Un día el padre vio
una gran casa y vieja en venta. A él le sorprendió que una casa tan
grande y bonita costara tan barata, así que pensó en comprarla y
reformarla con el paso del tiempo. Cuando llegó a la casa les
informó a su mujer y a sus hijos, todos se pusieron muy contentos,
todos menos Adelia. A ella no le gustaba mucho la idea de tener que
mudarse a otra casa. El padre le preguntó porque no quería irse y
ella le respondió que a Harry le gustaba esa casa donde vivían.
Iban camino a la
casa nueva en coche, todos estaban intrigados y felices por ver la
casa nueva, menos Adelia. Cuando llegaron a la casa se quedaron
boquiabiertos al ver una casa tan grande, todos entraron al salón,
Adelia fue la última en entrar.
La primera impresión
que tuvieron fue un gran cuadro que había colgado en el salón de
una niña de más o menos la edad de Adelia que salía tocando el
violín. Todos los hermanos de Adelia eligieron los cuartos más
grandes y lujosos de toda la casa. A la pequeña Adelia no le
importaba no escoger el mejor cuarto, así que abrió una puerta y
encontró un cuarto pequeñito donde había también otro cuadro
donde aparecía la misma niña del cuadro del salón. Adelia soltó a
Harry, su muñeco de peluche, en la cama, metió las manos debajo de
la cama y sacó una funda de un violín, pero estaba cerrado con
llave y no podía abrirlo.
En cuatro días la casa
ya estaba lista. La madre decidió quitar el cuadro del salón, al
hacerlo este se cayó al suelo y apareció una llave. Solo Adelia se
dio cuenta de esto último, la cogió y se la llevó corriendo a su
cuarto. Allí cogió la funda de violín, la abrió y vio un violín
viejo. En ese mismo momento se escuchó un fuerte estruendo, ella
cerró la caja y la puso de nuevo donde estaba.
Era las doce de la
noche y todos estaban acostados. Adelia estaba tumbada en su cama y
de repente escuchó el sonido de una canción tocada con un violín.
Ella se levantó y se dio cuenta que el violín no estaba donde lo
había dejado. Bajó al salón y el cuadro de la niña se encontraba
de nuevo en el mismo lugar que cuando llegaron.
Adelia se lo contó a
su familia pero no la creyeron hasta que escucharon el violín. Todos
salieron corriendo de aquella casa. No les habían contado el por qué
aquella casa era tan barata. La casa estaba encantada. Una niña
murió dentro de la habitación donde se encontraba Adelia por culpa
de su madrastra, que la utilizaba para que consiguiera dinero tocando
el violín. Un día la encerró en su cuarto obligándola a que
tocara el violín hasta que ella volviera. Pero aquella noche
llegaron unos hombres y mataron su madrastra por culpa de unas deudas
que se negaba a pagar.
Desde ese momento dicen
que la niña a las doce de la noche sigue tocando el violín,
esperando a que su madrastra le diga cuando parar.
MIRIAM PÉREZ 3ºC
¿ESTAS
AHÍ?
Me despierto y pienso...
¡Es 31 de octubre!
Voy al instituto, la
comida, con la familia y toda la tarde esperando hasta... ¡ding,
dong! Suena el timbre, son mis amigas, Marta, Claudia, Erika y M.
Carmen.
Nos disfrazamos y salimos.
Empezamos nuestra ruta, calle Margarita, lapislazulus...
Cale Ruiseñor, 1ª casa,
2ª, 3ª... 10ª, tocamos en una casa pequeña, parecía acogedora,
las paredes marrones, una puerta de madera, un pequeño jardín y un
cartel que pone
“piénsalo antes de
entrar”
Como siempre M. Carmen “la
valiente del grupo” dice:
-Entremos, será
divertido.
Todas juntas gritamos
“¡no!” .
Pero cuando se empeña...
Abre la puerta del jardín,
entramos temblando...
Claudia empuja la puerta,
pasamos, vemos una mesita, una alfombra roja, retratos de personas...
Hay una puerta azul, entramos y vemos una silla que se mueve, de
repente se levanta un baldosa, y sale un zombi.
Colgando del techo, había
arañas, grandes, pequeñas, enanas...
Erika abre otra puerta
para salir de allí, ya que la puerta anterior había desaparecido.
Entramos y hay una araña
enorme, lo peor era que hablaba.
Cantaba una nana que
siempre repetía:
Duermen,
duermen, duermen las arañas,
suben,
bajan por su telaraña.
Salimos corriendo y Marta
abre una puerta donde cae y no sabemos donde va.
La buscamos, la buscamos y
al final la encontramos fuera de la casa.
Después del susto, nos
damos cuenta de que había sido una broma y seguimos disfrutando de
la noche.
Cristina Segado 1º eso B